Libro: Los 7 hábitos de los niños felices
Uno de mis placeres de la vida es leer, sobre todo, libros infantiles. Me encanta sumergirme en esos libros de ilustraciones que tienen vida, alegría, color... con textos llenos de palabras, muy bien escogidas, dulces y reflexivas, que alimentan el alma.
Hay títulos magníficos, atemporales, curiosos, especiales… que sólo con leerlos sabes que te los vas a llevar a casa.
Esto me sucedió con un cuento llamado “Te quiero, niña bonita”, (versión original, “I love you like crazy cakes”) de la autora estadounidense Rose Lewis e ilustrado por Jane Dyer, editorial SERRES. Creo que fue uno de los primeros, que de adulta, pasaron a construir mi biblioteca personal. De ese cuento, hablaré en otro momento, en un día especial que hace mención a su nombre. ¡Os dejo con el suspense!
En esta ocasión me centro en un libro que este verano, organizando mi cabeza para el nuevo curso, releí. Es un libro cortito y maravilloso, recomendación de una grandísima maestra, Cristina, titulado "Los 7 hábitos de los niños felices" (“The 7 habits of happy kids”), de Sean Covey e ilustrado por Stacy Curtis, editorial BLUME.
En mi modo de entender la educación, cada vez está más arraigada la idea de la importancia de las emociones y el crecimiento personal dentro del aula. Las criaturas pasan cinco días a la semana, y como mínimo, cinco horas en las escuelas cada día, durante muchos meses, por lo que creo que podemos enriquecer y aprovechar ese tiempo tan valioso, su tiempo valioso, en contribuir, de la mejor manera posible, en su crecimiento emocional, social y personal. Y este libro, me parece una herramienta muy útil para ello. Está dirigido tanto a las familias como al profesorado, y nos ofrece unas notas o guías para su lectura con las criaturas.
Este autor, a través de siete entrañables animalitos que viven en la comunidad el Roble, nos hace reflexionar sobre principios básicos de respeto, de responsabilidad, de trabajo cooperativo o en equipo, honestidad…, principios que bien define como universales y obvios, pero que son necesarios en nuestra sociedad actual más que nunca.
Gracias a estos siete bichitos del bosque, podemos trabajar con el alumnado siete situaciones comunes en su (y nuestro) día a día, que les invita a pensar y les proporciona herramientas para que puedan resolver, con energía positiva y sin frustración, situaciones problemáticas en sus vidas, desarrollando así un mejor autoconocimiento, autoconcepto y confianza en su potencial, y ofreciéndoles la seguridad de que pueden resolver sus cuestiones.
El curso pasado, se lo recomendé a las familias con las que tuve el enorme placer de trabajar, que confiaron en mí cada día y de las que tengo un recuerdo muy bonito. Este curso, estoy deseando sugerirselo a las nuevas familias y trabajar, al mismo tiempo, con él dentro del aula. Espero despertar mucho interés, sobre todo, en mi alumnado, y crecer juntos este curso.