El bote de la felicidad
Esta entrada quiero dedicársela a mis niñas y mis niños que comienzan una nueva etapa educativa en el instituto.Llevan días con expectación y pellizquito en el estómago a partes iguales, emociones que comparto. Aunque pueda sonar pretencioso, me siento parte de su camino y solo les puedo desear que sigan disfrutando, compartiendo y aprendiendo como saben hacerlo. Comienzan un nuevo capítulo en sus vidas que espero que escriban de buenos momentos.
Un día como hoy, abro nuestro “bote de la felicidad” para recordar aquellos momentos especiales, dándome cuenta de que no hacía falta nada extraordinario para pintar sonrisas en nuestras caras.
El "bote de la felicidad" lo comenzamos en septiembre y lo abrimos al final del curso para rememorar aquello que nos dejó huella. Cerrar el curso con esta propuesta nos permitió ver las cosas buenas que nos habían pasado y todo lo que habíamos crecido. Los pequeños detalles como un abrazo de una compañera, un partido de mate, una dinámica... nos hacían especiales los días. Como dice la canción, "son cositas tan pequeñas pero a nosotras y nosotros nos sabían grandes".
El "bote o frasco de la felicidad" (Elsa Punset) no es más que un tarro que vamos llenando con mensajitos positivos, anónimos o no, pero sí voluntarios. Escribir en positivo nos ayuda a focalizar en aquellas cosas buenas que nos suceden y a percibir que simples gestos nos hacen felices.
En el bote guardamos los momentos maravillosos. Ahora os toca seguir disfrutando de todos los nuevos que os quedan por venir. Abrid los ojos y el corazón, os esperan multitud de ellos.
Este curso, con mi nueva tutoría, volvemos con nuestro bote... ¡en junio descubriremos todos sus secretos!
Este curso, con mi nueva tutoría, volvemos con nuestro bote... ¡en junio descubriremos todos sus secretos!