Proyecto Emocionario: Tratando las emociones en nuestra aula
El curso pasado tuve la grandÃsima suerte de rodearme de maravillosas profesionales de la Educación, de esas que sólo con verlas ya sabes que son unas fenómenas en todo lo que se proponen. Hicimos un “pack” muy bueno, cada una de diferente especialidad (algo tremendamente enriquecedor) pero todas con un objetivo común muy claro: disfrutar en la escuela.Este sentimiento de disfrute y de querer vivir la escuela como un lugar cálido, tierno, apacible… nos invitó a mover dentro de nuestras aulas distintas estrategias o recursos que fueron calando muy bonito en nuestro sentir. Uno de ellos, y que he vuelto a aplicar este curso con mis criaturas, es conocer nuestras emociones.
Hay infinidad de publicaciones que versan sobre aprendizaje y emoción, que sostienen –en lÃneas generales- que un elemento esencial en el aprendizaje es la emoción. Y, ¿qué puede haber más bello que emocionarse dentro de la escuela? Pues, fuimos a por ello.
En mi caso, el punto de partida fue conocer “el nombre” de nuestras emociones. Considero que es muy importante identificar qué sentimos, con qué intensidad lo sentimos, cuándo lo sentimos y el motivo que lo ha provocado para poder gestionar las emociones de forma positiva. AsÃ, nos hicimos con el libro “El emocionario (recomendación de mis compañeras), de Cristina Núñez Pereira, editorial Palabras Aladas (2013). Es uno de mis libros favoritos para el aula.
No podemos reducir nuestro vocabulario a “estoy contenta” o “estoy enfadada”, necesitamos ir más allá y conocer todos los matices de lo que se mueve en “nuestras tripas”. A eso hay que ponerle nombre, ya que el lenguaje es una herramienta esencial en la regulación de nuestra conducta y de nuestro pensamiento (Vygotsky). Ese autoconocimiento, nos aportará herramientas para autogestionarnos y crecer como personas.
Con el “emocionario” de base, y otras aportaciones, creamos nuestro cuaderno de escritura creativa. El escribir, nos ayudaba a expresarnos mejor y a reflexionar sobre nuestras ideas. Eso sÃ, todo comenzaba con nuestras habituales conversaciones, donde nos expresábamos libremente y compartÃamos con las compañeras y los compañeros aquellos que sentÃamos.
Aquà comparto una de las muchas reflexiones de una de mis pequeñas de 8 añitos, que construyó tras tratar, en este caso, “la ternura”.
2 comentarios
Write comentariosMe encanta. Gracias a tu recomendación lo compré este verano.El libro contiene explicaciones muy sencillas y asequibles, además de unas ilustraciones preciosas. Mis niños y niñas son muy peques para escribir un texto, pero han comenzado a poner nombre a sus emociones y a dibujar las situaciones que provocan en ell@s sentir una cosa u otra
Reply¡Muchas gracias, maestra!
Muchas gracias por tus palabras! Eres una gran maestra, he tenido la suerte de comenzar en estas andadas educativas contigo!
ReplyEl dibujo es una muy bonita idea para tratar las emociones, y muy divertido! Estoy segura que salen producciones maravillosas.